Y Quito Bailo...

Y Quito bailó...

Jorge Ribadeneira A.


Resulta, pues, cholitos, que hace 51 años Quito había estado con ganas de tener una fiesta popular, como otras ciudades del país, y Últimas Noticias, su vespertino, le hizo –de pronto- una invitación sencilla y provocativa. Quito y los quiteños respondieron “bueno, pues, ya” y comenzó lo que hoy es un fiestón, con todo lo bueno, lo malo y hasta lo feo que tienen las farras muy grandulonas. Vamos a contar algo de lo que vimos y oímos.

Quito, la ‘Carita de Dios’, la capital de las nubes, la tierra siempre verde –política, politiquera, alhaja y hospitalaria- tenía entonces dos celebraciones anuales, aparte de las fiestas de guardar. Eran el 24 de mayo, cuando se recordaba la Batalla del Pichincha con un colorido desfile militar y luego el 6 de diciembre, dedicado a rememorar –con o sin exactitud histórica- la fundación (española) de la ciudad. ¿Cómo? Con una sesión solemne municipal y espesa.

¿Cuál fue la invitación de Últimas Noticias? Quiteños y chagras: rindamos un homenaje a esta ciudad tan bonita y amistosa. ¿Cómo, cuándo'? Reviviendo la tradicional serenata en las noches del 5 de diciembre, es decir en la víspera. Uno de los argumentos era que la música propia, la ecuatoriana, se estaba yendo para abajo y convenía impulsar el albazo, el sanjuanito, el pasillo. La idea inicial había sido de Benítez y Valencia, el dúo de la ciudad, y el quiteñazo Jefe de Últimas –César Larrea-, acompañado por el personal del vespertino, entró en acción. Entramos.

Por ahí comenzó la fiesta, con sencillez y entusiasmo, sin hablar de homenajes a los fundadores españoles o algo por el estilo. El primer año salieron a las calles varios serenatistas, exclusivamente con música ecuatoriana, por cierto. En el 60 fueron bastantes más. En el 61, Benítez y Valencia dieron la partida en la Plaza Grande y se armó el gran bailache. El 62 se recalentó la emoción y desde entonces fue tomando cuerpo una “fiesta mayor” cada vez más difundida por todos los sectores de la ciudad y ya bajo el patrocinio municipal. En 1960 nació la carrera Últimas Noticias.

Lamentablemente, con el crecimiento apareció el licor, parte ingrata de las celebraciones ecuatorianas, y más cuando una nueva marca hizo intensa publicidad. Con iras, Últimas Noticias encabezó las protestas y los llamamientos en pro de la moderación. Nadie se imaginó, por cierto, la dimensión que tomaría la fiesta y las repercusiones –entre ellas económicas- que tendría. Lo de hoy es impresionante, con varios detalles interesantes, como la creciente importancia del sur. Pero es la misma Quito, que hace 51 años era más bien un pueblo grande y quería tener una fiesta popular, como todo el resto de ciudades y pueblos del país. Tomó, pues, la guitarra y se bailó un pasacalle para expresar- como le habían pedido hace 10 lustros- cariño a una ciudad que en verdad se hace querer. Fuimos testigos. Viva Quito.

Fuente: El Comercio, Opinion


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